Se estima que los consumidores toman su decisión de compra en el punto físico de venta, por mucho que se hayan informado anteriormente por otros medios, no es hasta que se encuentran en el establecimiento, cuando toman la decisión de adquirir el producto.

De esta manera, es crucial estudiar detenidamente el espacio físico de la tienda, por lo que nosotros te proponemos una técnica en concreto para ayudarte a repensar el lugar: definir un objetivo por cada zona del establecimiento. 

Lo primero de todo es pasearte por todo el local y cuestionarte cada lugar de la tienda. ¿Qué es lo que quiero transmitir aquí?, ¿por qué?, ¿cómo puedo hacer llegar ese mensaje?, etc. A continuación os presentamos estas etapas paso a paso:

1. El exterior del establecimiento, donde se encuentran el escaparate y la fachada del local.

2. La puerta de entrada, la primera impresión que ofrece el local una vez se accede a él.

3. El recorrido del cliente, prestar a tención a la ruta que sigue un cliente y comprobar qué es lo que se encuentra en cada paso por el camino trazado en el establecimiento.

4. La presentación del producto, al mismo tiempo que se presta atención al recorrido en sí mismo, hay que observar la disposición de la mercancía y cómo esta se presenta al cliente.

5. El mostrador, el lugar donde finaliza la venta, también hay que tomar en cuenta la pared que hay justo detrás.

De esta manera, se puede llegar a una serie de conclusiones que te ayudarán a mejorar tu tienda, como quitar y limpiar aquello que estorba al consumidor o lo confunde, ajustar la iluminación de los espacios, disponer o colocar el producto de otras formas más atractivas, mejorar el recorrido del cliente por la tienda para que se encuentre más cómodo, estimular los sentidos para que la compra se convierta en una experiencia aún más agradable, etc.